Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Reyes 9, 6-23

6 Pero si vosotros, y vuestros hijos después guardáis
los
mandamientos y los decretos que os he dado, y os vais a servir a
otros
dioses postrándoos ante ellos,

7 yo arrancaré a Israel de la superficie de la tierra que les he
dado;
arrojaré de mi presencia esta Casa que yo he consagrado a mi Nombre, e
Israel quedará como proverbio y escarnio de todos los pueblos.

8 Todos los que pasen ante esta Casa sublime quedarán estupefactos,
silbarán y dirán: “¿Por qué ha hecho así Yahveh a esta tierra y a esta Casa?”
9 Y se responderá: “Porque abandonaron a Yahveh su Dios, que sacó

a sus padres de la tierra de Egipto, y han seguido a otros
dioses, se han
postrado ante ellos y les han servido, por eso ha hecho venir Yahveh todo
este mal sobre ellos”»

10 Al cabo de los veinte años, durante los cuales edificó Salomón las
dos casas, la Casa de Yahveh y la casa del rey,

11 como Jiram, rey de Tiro, había proporcionado a Salomón madera
de cedro y madera de ciprés y todo el oro que deseaba, entonces el
rey
Salomón dio a Jiram veinte ciudades de la tierra de Galilea.

12 Salió Jiram de Tiro para ver las ciudades que le había dado
Salomón y no le agradaron,

13 Y dijo: «¿Qué ciudades son éstas que me has dado, hermano mío?»
Y las llamó: «Tierra de Kabul», hasta el día de hoy.

14 Jiram envió al rey 120 talentos de oro.

15 Esto es lo referente a la prestación personal que el rey Salomón
estableció para construir la Casa de Yahveh y su propia casa, el Milló y la
muralla de Jerusalén, Jasor, Meguiddó y Guézer,

16 (pues Faraón rey de Egipto había subido y se había apoderado de
Guézer, la incendió y mató a los cananeos que habitaban en la ciudad, y se
la dio en dote a su hija, la mujer de Salomón,

17 y Salomón reconstruyó Guézer) Bet Jorón de abajo,
18 Baalat y Tamar en el desierto del país,

19 todas las ciudades de aprovisionamiento que tenía Salomón, las
ciudades de los carros y las ciudades para los caballos, y todo
cuanto
Salomón quiso edificar en Jerusalén, en el Líbano y en toda la tierra de su
dominio.

20 Con toda la gente que había quedado de los amorreos, de los
hititas, de los perizitas, de los jivitas, de los jebuseos, que no eran
israelitas,
21 cuyos descendientes habían quedado después de ellos en el país y a

los que los israelitas no habían podido entregar al anatema, hizo Salomón
una leva que dura hasta el día de hoy.

22 Pero Salomón no empleó a ninguno de los israelitas como esclavo
para sus obras, sino que eran sus hombres de guerra, sus oficiales
y sus
jefes, sus escuderos y jefes de sus carros y de su caballería.


23 Estos eran los capataces de los prefectos que estaban al frente de
las obras de Salomón; 550 que mandaban a la gente que trabajaba en
las
obras.